El fin de semana pasado estaba conversando con una amiga y me contó que estaba por inscribir a su hija en algun curso por las tardes, pero que aún no decidía qué. La niña tenia clara preferencia por el futbol, pero ella preferia que fuese baile o natación. Recordé como de niña mi madre me inscribio, a contra de mi voluntad, a clases de ballet. Los pocos animos y mi caracter introvertido hicieron que cada vez que me dejaban en la puerta de la escuela, yo me perdiera y entrara a un salón distinto, con una clase distinta y compañeros distintos: polka, ballet, flamenco, gimasia, etc. Asi todos los dias.
Como podrán intuir, no aprendí nada. Y eso lo notó mi madre en poco tiempo.
Hice este dibujo inspirada en ello.
No hay nada como saber escuchar a los niños, pero sobre todo darles la oportunidad que encuentren lo que más les gusta :-) .
Saludos!
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